La leche siempre ha sido motivo de polémica, incluso en la Antigüedad. Mientras ahora nos debatimos si beber leche en la vejez, si comercializar la leche cruda etc, antes el beber leche estaba relacionado con la clase social, era de Bárbaros.
Hace unos cuantos años, tomar leche significaba ser un bárbaro, exactamente un miembro de una cultura inferior. Pero no solo ocurría esto con la leche, sino que pasaba lo mismo con la mantequilla, que era destinada para tratar las quemaduras, pero nunca como comida.
Pero todo esto tenía una explicación. Los habitantes del mediterráneo tenían otros alimentos grasos, como el aceite de oliva, que les hacían no depender de las grasas animales como las mantequilla. Y a esto debemos sumarle que en aquellas épocas no contaban con los sistemas de refrigeración que ahora, por lo que con su clima era complicado mantener en buen estado los lácteos.
Por otro lado, los pueblos celtas llegaron a buscar territorios donde establecerse que fueran óptimos para mantener una buena explotación de ganado. La leche para los bárbaros era muy importante, tanto que si alguna de sus vacas u ovejas no daba leche era considerado como una gran catástrofe.
La leche, como bien hemos dicho era motivo de clasismo, pero ¿el queso? En la Grecia antigua no era equiparable lo que suponía el beber leche como el comer queso. Era consumido tanto por patricios, como por plebeyos y tenían una gran variedad de quesos. El queso se tomaba principalmente en el desayuno y era perfecto si querías hacer un regalo.
Pero no solo en la Edad Antigua pasaba esto, muchos años después los irlandeses han sido burlados por sus vecinos ingleses, ya que consumían mucha mantequilla.
Pero siempre hay excepciones, por ejemplo China, que ha pasado de ser un país donde no se consumía prácticamente leche y ahora mismo es el tercer productos mundial.
Y nosotros nos preguntamos, si Cleopatra se bañaba en leche, tampoco sería tan malo consumirla, ¿no?
Deja una respuesta