Esta nueva técnica permite controlar el nivel de residuos antibióticos, perjudiciales para la salud humana en dosis elevadas, y ya puede ser utilizada por el sector industrial.
La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha desarrollado un nuevo método con el que detectan y cuantifican hasta nueve antibióticos presentes en la leche de oveja.
En la cría y explotación ganadera, es práctica habitual el uso de antibióticos, para luchar contra enfermedades propias del ganado, es decir, tienen finalidad terapéutica y profiláctica, es decir, para prevenir enfermedades en animales sanos. Estos antibióticos, pueden llegar a la leche de consumo humano, si se hace un mal uso por parte del ganadero responsable de la explotación. Si estos compuestos antibióticos superan las dosis recomendadas por la Unión Europea afectan de forma negativa al organismo humano.
Investigadores de la UNED y del Centro Nacional de Selección y Reproducción Animal, han desarrollado un método rápido, sencillo y sensible, que detecta y cuantifica la familia ß-lactámicos más usados en veterinaria, entre los que se encuentra la penicilina; son la familia más numerosa de los antimicrobianos de uso tanto en medicina como en veterinaria para el tratamiento de enfermedades infecciosas, debido a su escasa toxicidad y amplio espectro.
El método se basa en una primera desproteinización de la muestra seguida de un proceso de extracción en fase sólida. Para su validación, los investigadores utilizaron muestras de leche de ovejas a las que no se les había administrado ningún antibiótico, y que fueron dopadas con concentraciones conocidas de los antibióticos de estudio. Mediante técnicas analíticas de separación y detección, averiguaron si la concentración superaba los límites máximos de residuos establecidos por la Unión Europea que, dependiendo del antibiótico, pueden variar entre los 4 y 50 microgramos por kilogramo de leche.
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